Dos virtudes esenciales para el éxito
Cuando se habla de virtudes para el éxito, existen pocas personas que no sitúen a la paciencia y perseverancia entre las mejores de la lista. Pero ¿conocemos realmente qué son?
La paciencia unida a la perseverancia intervienen en casi toda la vida de los seres humanos, por ejemplo en actividades tan familiares como: estudiar una carrera profesional, buscar una relación sentimental que valga la pena, establecer una empresa que crezca y se posicione en el mercado, desarrollar una habilidad especial, aprender una segunda o tercera lengua, educar a los hijos, bajar de peso, dejar un vicio, establecer una rutina física regular, reemplazar los hábitos negativos que se tienen por otros positivos para mejorar y crecer, etc. Todas estas acciones necesitan de estas dos virtudes juntas.
¿Qué es la paciencia?
La paciencia puede entenderse como la capacidad de aceptar retrasos o problemas con calma y sugiere tolerancia o resistencia a situaciones difíciles. La mayoría cree que quienes son pacientes obtienen los mejores beneficios.
La paciencia es una de las virtudes fundamentales para lograr cualquier conquista en este mundo y cuando va unida con la perseverancia se logran grandes hazañas. Pero la paciencia también es una de las virtudes más difíciles de obtener y cultivar.
¿Qué es la perseverancia?
La perseverancia se refiere a continuar a pesar de las dificultades y la falta de éxito. Esto quiere decir que incluso frente a los repetidos fracasos, la persona todavía continúa en su curso de acción. Un individuo perseverante está decidido a lograr sus objetivos a pesar de todas las dificultades que encuentra en su camino hacia el éxito.
Necesariamente cuando la vida se dificulta hay que aplicar paciencia y perseverancia, no hay otra forma de hacerlo y esperar milagros sin hacer nada al respecto.
Estas dos virtudes unidas también involucran la experimentación, es decir cambiar los métodos, las estrategias o los planes para llegar a una meta específica cuando se requiera. La paciencia unida a la perseverancia no implica seguir haciendo lo mismo que no funciona para llegar a donde se quiere, eso es terquedad. Y en este aspecto caen bastantes personas que se niegan a hacer algo diferente para solucionar un problema que no es posible remediar con los conocimientos o actividades actuales.
¿Cuáles son las claves para trabajar la paciencia y la perseverancia?
- Asegúrate de que amas lo que haces: Sin amor es muy difícil buscar motivos para continuar. Ten claro que estás en tu dharma no que solo es lo que crees que tienes que hacer.
- Márcate pautas que sean cómodas y realizables para ti: Proponte metas y cumple con ellas, pero se vale tomar un descanso y ser consiciente de ello.
- Haz una actividad lo más agradable posible: Encuentra una actividad que te haga sentir cómodo y relajado, crea un ambiente que te motive a regresar cada semana.
- Celebra cada paso como un gran éxito, porque lo es: Date cuenta de que estás sembrando y puede germinar un mundo lleno de posibilidades y esperanzas para todos, ponle corazón y pasión. Imagina a lo grande.
- Automotívate: Automotivarnos es imprescindible, no esperes que nadie lo haga por ti. Debes dominar tu diálogo interno, ese que te dice “Hoy no vayas a correr, quédate en casa viendo una serie”. Si te has marcado unas pautas ¡cúmplelas! y hazlo sabiendo cómo darte ánimos para ello. Marca tu propio liderazgo.
- Nunca te alejes del objetivo que te movió a iniciar tu idea o proyecto: En el camino nos podemos olvidar cual fue la principal razón que nos motivó a iniciar un compromiso, no importa que tan grande o pequeña sea tu meta, recuerda que si lo comenzaste fue por algo.
Ahora que ya sabes que estas dos grandes virtudes van de la mano, ¿Consideras que las tienes en tu vida?… si las tienes, verás que un día todo se desbordará a tu favor y descubrirás todo el trabajo que te ha llevado conseguirlo, es decir será el mayor de los aprendizajes y todo gracias a proponerte una meta.
Y entonces pasarás a ser siempre la persona que está en el momento adecuado, con las personas adecuadas y en las circunstancias adecuadas, y sabrás que nada tiene que ver con la suerte porque la suerte te la creas o la siembras con paciencia y perseverancia.